El problema del ruido

Que el ruido es algo molesto es algo notorio, de ahí su definición: Sonido inarticulado, por lo general desagradable. Así lo define la Real Academia de la Lengua en su diccionario.

Todos sabemos que el ruido es algo que no es deseado o querido, pero lo que no todos sabemos es que puede afectar a nuestra salud, tanto física como mental. En cuanto a las afecciones físicas, podemos encontrarnos con los siguientes casos:

- Pérdida auditiva: el ruido excesivo daña las células ciliadas de la cóclea, parte del oído interno, lo que provoca una pérdida de audición.

-  Efectos fisiológicos: el ruido afecta al sistema cardiovascular, puesto que el ruido libera catecolaminas, aumentando la tensión arterial. Los niveles de catecolaminas en la sangre [incluyendo la epinefrina (adrenalina)] están relacionados con el estrés.

- Estrés relacionado con el trabajo: aunque el ruido sea bajo, puede llegar a provocar estrés en el trabajador.

- Aumento del riesgo de accidente: es normal que al haber altos niveles de ruido en el trabajo, pueda desencadenarse en un accidente de trabajo, al no poder escuchar el trabajador las posibles señales acústicas que le adviertan de un mal. Además, a partir de 65dB es imposible realizar una tarea compleja, conllevando una dificultad de la concentración, pérdida de atención o incluso, interferencia en la comunicación hablada.

- Alteraciones del sueño: La OCU, establece que "si durante el sueño se está sometido al ruido, se producen efectos en el sistema nervioso vegetativo como el aumento de la presión arterial y el ritmo cardiaco, vasoconstricción, cambios de frecuencia respiratoria y movimiento corporales".

- El aumento del colesterol y de los triglicéridos, la aparición de problemas digestivos o el riesgo cardiovascular provocado por la exposición a niveles superiores 85 dBA son otros de los factores relacionados.

Además, en enero de este año, se publicó un estudio en el que se relaciona el ruido del tráfico con el aumento de mortalidad por enfermedades respiratorias en personas mayores de 65 años. El ruido al provocar una situación de estrés, libera una hormona llamada cortisol y la relación del estrés y el ruido está demostrada.

Por lo tanto, vivir con ruido no sólo es algo molesto, sino que puede provocar en nuestro organismo daños, que en algunos casos pueden llegar a ser irreversibles como la pérdida auditiva. Es por ello que se debe actuar tanto a nivel empresarial como a nivel social, puesto que el ruido no es exclusivo del trabajo, sino que en nuestra vida cotidiana el ruido nos rodea, encontrándolo en bares, tráfico (aéreo y terrestre) y zonas de marcha.